Siento que creaste un ambiente muy ameno desde el minuto uno y el trato era (y sigue siendo) muy cercano. De ti creo que me llevo un referente al que sé que puedo recurrir cuando lo necesite y una figura a la que admiro muchísimo de cara a la vida adulta. Me pareció que pasar ese rato contigo y los demás contribuyó positivamente a mi evolución emocional y si a día de hoy estoy mejor ni se me ocurre ignorar lo importante que fue estar contigo y vivir esa experiencia en general.

Me has ayudado a establecer metas y objetivos, así como a detectar mis puntos débiles y fuertes. Me gusta ser parte de las actividades. Las que más disfruto son aquellas en las que nos conocemos a nosotros mismos, buscando formas de mejorar y comprometernos a ello. Me encanta lo que estás haciendo por lo original y poco común que es, y el tiempo que dedicas a escucharnos y ayudarnos.

Con respecto a los talleres mi valoración global es muy positiva. Me gusta el papel que tienes de orientadora y guía, favoreciendo la autonomía de ellos, buscando temas de interés, promoviendo el trabajo cooperativo, la asertividad, la comunicación… esa parte siempre me gustó mucho. En cuanto a las charlas lo mismo, siempre fueron muy enriquecedoras porque también es la parte de terapia en grupo. Siempre aprendes cosas.

En nuestro caso desconocíamos todo lo asociado a las AACC y el encontrar a alguien que conoce lo relacionado con sus particularidades, las mecánicas académicas, la burocracia, etc… nos fue una gran ayuda y fuiste nuestra puerta de entrada a éste mundo. Nos gustó la asesoría, tener respuestas a todas nuestras dudas y el establecer un “espacio seguro” donde los niños puedan ser ellos mismos bajo la tutela de un adulto que los comprende. Las charlas fueron un gran descubrimiento, encontrarnos con padres con inquietudes parecidas a las nuestras en muchos casos, escuchar anécdotas sobre sus hijos, sobre todo cuando el mundo de las AACC es tan desconocido para nosotros.

Las clases se hacían bastante lúdicas, porque siempre se tenía alguna tarea o actividad preparada, como un scape‐room, algún juego de mesa… En clase nos transmitías amabilidad y paciencia, además de que eras una persona que sabe escuchar y siempre que se te contaba algo serio nos escuchabas. La profesora era muy amable y educada, y siempre venía con una sonrisa a las clases.

Desde mi punto de vista le ayudó bastante el ver q hay más gente como ella y probar cosas nuevas de hacer. Como persona yo creo q eras muy cercana a ellos y a ellos les gustaba eso.

Yo le pregunté hace un rato y lo que me dijo fue que encontró en el grupo un lugar donde se encontraba segura, eso para ella fue muy importante y una gran labor por tu parte. La sensación es que conectaste desde el minuto uno con ellos de una forma que no es fácil de conseguir y creo que eso es un don que no tiene todo el mundo, conseguiste que ella te quisiera porque la entendiste mejor que nosotros en algunos momentos. Yo sólo puedo darte las gracias por como la trataste y por hacer que en un momento difícil tuviera ese lugar seguro que la hacía sentir a gusto.